jueves, junio 02, 2011

Adivina, adivinanza...

¿recuerdan ustedes el juego aquel del disparate? pues eso, adivinen que le ha dicho su majestad a su santa esposa cinco segundos antes de esta instantánea y que ella en este mismo momento pone en conocimiento del señor Frank Cotton, un poco irreconocible sin sus famosas púas autosacrificiales...

4 comentarios:

Gunter Grass dijo...

La historia, o más bien la historia que removemos, es un retrete atascado. Tiramos de la cadena repetidas veces, pero la mierda sigue a flote.

ERIC HOBSBAWN dijo...

Una historia destinada únicamente a los judíos ( o a los afroamericanos, a los griegos, a las mujeres, al proletariado, etc.) no podría ser una buena historia si pudiese reconfortar a los que la hacen

SurOeste dijo...

Aventuro que lle diría: "Espero que me hayan dejado bien estos carcamales, je, je..., porque de lo contrario no sé que estamos haciendo aquí"

Ana Bande dijo...

"El 14 de febrero de 1930, mientras celebraba la santa misa, Dios le hizo entender que el Opus Dei estaba dirigido también a las mujeres".

Luis Suárez en la entrada correspondiente a Escribá de Balaguer en el Miccionario