domingo, julio 06, 2025

Silvia Nanclares, Nunca voló tan alto tu televisor


Buenos días, amigas. Después de cuatro años sin escribir aquí es un enorme placer estar vivas y poder dar pasos atrás para reiniciar algunos sistemas que se han ido deteriorando, como todo en estos últimos años. Vengo a hablaros de libros. Del último libro leído de un tirón, verdaderamente en unas horas nada más, porque hoy me he comprometido con mi querida amiga virtual Ana F.C., alias @mediendismo en la red social bluesky, en donde ha tenido la estupenda idea de montar un club de lectura donde nos unimos para leer y respirar en libertad en estos tiempos siniestros. No querría faltar a mi cita, pero los domingos toca cuidados, y no encontré mejor ocasión que venir a mi archivo en donde, milagrosamente, siempre hay alguien de vez en cuando, y contaros lo que posiblemente no podré hacer esta tarde. 

Silvia Nanclares ha escrito algo que no responde a rótulo alguno, aunque en el paratexto hable de novela. Este libro puede ser un relato, si, una ficción, pero también un ensayo, un guión para un documental de televisión o para una película cinematográfica, o incluso podrían ser las páginas del diario personal de Silvia. 
Lo importante de estos "Episodios Nacionales" es que aquí está contado con humor, riqueza de estilo, implicación personal y emocional, rigor científico y hasta poéticamente y con una banda sonora propia la década de la transición (no es errata, es falta de respeto a los que se la trajinaron desde los despchos) que va desde 1976 a 1986. Allí estamos todas nosotras, las boomers, nos llaman, y por tanto nuestras madres y nuestras hijas. Allí entre los episodios de este libro nos reconocemos todas. El centro neurálgico del libro es la Televisión Española (esto sí lo pongo en mayúscular por respeto) personaje principal y omnipresenste del período que reconocemos como salida --muy tardía--del túnel de la larga noche de piedra de la dictadura. Para demostrar lo que pienso hace décadas --que la dictadura no desapareció, está presente su alargada sombra en cada esquina-- está el texto de Silvia, que mucho más joven que yo, una década, pudo, con enorme afan, trabajo, perseverancia y capacidad, recopilar dimes, diretes, sentires, discursos, hechos históricos, canciones, poemas, programas de radio y hasta maquetas que aún existen (ver vídeo de Germán Labrador para conocer la existencia de una maqueta exacta del Dodge de Carrero Blanco) pudo, digo, levantar el brutalista edificio de nuestra memoria; la mía, como la de Maribel, a la que me siento más próxima, pero también de Susana, que también soy yo, de Susi y de Mar, que fueron amigas reales mías...pero también la del establishment corrupto de la época y que resuena en el vociferante capítulo --¡qué maravilla!-- donde se desahoga Emilio, el arquitecto municipal; un capítulo desternillante pero tan atronador como veraz. Mi amigo personal Francisco E., archivero durante décadas en un archivo municipal podría dar cuenta de las barbaridades que le hacían firmar y lo que sufrió por no hacerlo. En fin, amigas, no es tiempo de escribir textos largos pero este libro debería ser lectura obligatoria en todos los institutos, llevároslo allí y abrir una ventana al diálogo con el pasado para que las chicas pregunten a sus madres, y cousas veredes: el origen del mansplaining en el impostado gesto diario de Jesús Hermida, el origen de los cuartomilenios cuentapatrañas, el terrorismo de los buenos (sic), el terrorismo de los malos, las primeras mordidas inmobiliarias que sostuvieron el edificio de la corrupción que hoy campea por sus fueros, las primeras luchas feministas de nuestras madres, que sin tener ni idea de Beauvoir ni de Woolf ahorraban dos pesetillas cada mes para poder dar a sus hijos una ropita propia, un colegio digno que tardaría en llegar décadas... y sobre todo unas fotocopias que les explicaban cómo hacer para desencajar sexo y maternidad y no morir en el intento. Me copiaría aquí párrafos enteros porque son como oraciones que deberíamos recordar cada día en honor a nuestras mandres y abuelas...ay que reciente y actual están todos estos epígrafes "¡unidad!", "¡No a la carestía!", "¡Abajo los precios, arriba los salarios!", "¡si falta pan, sobra fútbol!", "¡Menos fútbol, más escuelas!"....la guerra del pan, los fenómenos paranormales (espero con ansia el libro de Ana traducido, ¿por qué las dictaduras nos distraen con ovnis?)
Me parece hasta pecado ahora tener más de 254 caracteres...en fin...espero seguir por aquí charlando con quien se acerque. Leed a Silvia Nanclares, es buenísima.

1 comentario:

Chaqui dijo...

Ay Ana, que alegría me dio leerte por aquí. Definitivamente el punto final de la T está empezando a obrar milagros. Me regocijo por lo que está por venir. ¿De tu lectura multigénero que puedo decirte? Tal vez sea algo muy español para que me reconozca allí como tú lo has hecho. Seguro que mi lectura será diferente, pero tal vez esta segunda generación del exilio español a la que pertenezco, pueda mirar con interés, o tal vez con alivio, aquello que no vivió, sobre todo si está contado con humor y personajes creíbles. Bienvenida de vuelta a tu blog!