Querida Siri: He leído tu último libro y me apetecía comentarte personalmente algunos detalles que me han impresionado. Quizá mi última afición al género epistolar (aprovecho para recomendarte la correspondencia de Romain Rollain) y en concreto la de eminentes personalidades de las letras del pasado siglo hayan desencadenado en mí un deseo de recuperación de la carta personal no sólo como medio de comunicación sino como finalidad literaria en sí misma. Te ruego disculpes el manierismo sintáctico e incluso cierta cursilería del discurso y si sirve como atenuante te diré que se trata de un deliberado ejercicio al servicio de cierta propensión a la arqueología. Prometo explicártelo mejor en cuanto tengamos ocasión de dialogar tranquilamente en un bar de la calle 42 con un buen chardonnay entre los labios para, digamos, hacer más fluida la conversación. Tu verano sin hombres me ha plantado ante una dualidad muy interesante. La de mujer/escritora. El orden no es aleatorio. Creo que te has expresado desde tu condición de mujer por voluntad y por necesidad, y si me lo permites, creo incluso que también desde tu condición de paciente. Como lectora, pero también como mujer y futura amiga, le agradezco a Paul todo lo que pudo haber contribuido a este chorreo literario de altura, y así quizá me adelante a los que critican tu libro como de "obra menor" advirtiéndoles de lo que se pierden por usar gafas de montura demasiado gruesa. Querida Siri, no te preocupes, no voy a desvelar intimidades en esta carta a la que además, sólo accederán los escasos curiosos que todavían abren el cajón de mi escritorio. Además, mis suposiciones son meras elucubraciones fantásticas que sólo tienen por objeto aplaudirte hasta la extenuación. Te confieso que me partí de risa con tu personaje fantasma, la señora Pausa. Me ha hecho pensar mucho ese personaje/espacio. Es toda una figura retórica, que nos puede costar una vida. Eso lo has percibido maravillosamente y con tu inteligencia has hecho que "sólo" te costase una novela. Dejémoslo incluso en una novela menor, para los desorientados. La Pausa, una brecha que se abre en el tiempo y que nos permite observar todo aquello que percibíamos a velocidad de vértido a nuestro lado. Un espacio en el que te detienes para ver el mundo a una velocidad más real. Para ti ha sido como ponerte en modo cámara lenta, pero es la velocidad real del mundo Siri, la de los Cinco Cisnes, tus maravillosas George, Regina, Peg, Abigail y Laura. Cada día admiro más a nuestras mayores, son auténticas heroínas Siri, tú lo has descubierto en los preciosos silencios de tu madre, en los elocuentes bordados de ¿era Abigail?, en la dignidad de las posturas cada vez más encorvadas de ¿era George?, ah...mi memoria, tendré que tomar notas más detalladas de mis lecturas. Tu stop-motion ha basculado entre dos grupos, este de los Cisnes y el de las quinceañeras a las que pretendías enseñar poesía. ¡cómo me he identificado contigo en ese capítulo Siri!. Yo también hice una vez una prueba de inmersión en el mundo de las jovencitas, y pese a ese prurito de eterna juventud que nos hace llevar pantalones a la moda y perfumarnos con pachulí, nos encontramos con el mismo e infranqueable muro, la simple gramática. Tú, que eres toda una profesional de las letras has recreado perfectamente, quizá porque lo has experimentado en multitud de ocasiones, ese abismo comunicativo, yo no pude y al tercer intento claudiqué, simplemente no entendía nada de lo que decían mis nuevas y jovencísimas compañeras, que pasada tía, es que joder, ya le vale, buf tía, es que es mucho, y claro, no había forma Siri, me faltaban los núcleos de las oraciones, no me manejo bien con los puntos suspensivos eternamente y decidí volver al mundo de los cuarentaytantos. De cualquier modo, te diré, si me permites claro, que te ha faltado algo, te ha faltado poner en contacto a esos dos grupos, me quedé con las ganas de ver qué tipo de relaciones y conversaciones se entablarían entre los octogenarios cisnes con Peyton, Jessica, Ashley, Emma, Nikki, Joan y Alice, las chicas del curso de poesía. Piénsalo por un momento, Siri, podrían aparecer situaciones de un interés digno de toda una novela psicológica. ¿como se produciría el contacto entre esos dos mundos? ¿entre esos siglos de diferencia? ¿que opinaría Nikki de los misterios que se esconden en los misteriosos bordados de ¿de Abigail? Me faltó sólo eso para completar la interesante panorámica de ese espacio suspendido en que conviertes tu verano. Bueno, por hoy nada más, pero prometo seguir escribiéndote, me quedan muchas cosas que contarte, y sobre todo muchas pistas que seguir.
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2 comentarios:
por lo bien que te expresas creo que ha sido por lo que me han entrado ganas de leer este libro, gracias por compartir y un saludo!
ademas no se como será un verano sin mi.. un verano sim hombres :)
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