Raquel Conde Peñalosa, doctora en Filología Hispánica y una las mayores especialistas mundiales en literatura femenina, ha presentado en Vigo, en la Librería Versus -posiblemente el espacio de libros más bonito de nuestra ciudad, gracias Sabela, por tu extraordinaria acogida- sus obras.
Mujeres novelistas y textos de la literatura universal, un estudio profundo que revela el desconocimiento de las autoras internacionales en la educación. No se puede decir nada más relevante que lo comentado por una profesora asistente al acto:
Ya era hora. He estado toda la vida esperando que saliese un libro como este de Raquel, en el que se recogieran las voces por lo menos de alguna de las escritoras. Me voy a jubilar muy pronto y por fin puedo ver que se ha hecho algo de justicia y el libro que yo esperaba ya está hecho.
Raquel seguro que guardará en su memoria estas palabras; este es uno de estos grandiosos pequeños detalles de los que se nutren nuestras investigadoras, nuestras escritoras, nuestras mujeres creadoras. Aquí nos dejó Raquel este hermosísimo y relevante trabajo de investigación, recopilacion y crítica literaria. Ella también estaba harta de la extirpación de la mujer en los libros de texto, en las monografías, enciclopedias y en resumidas cuentas, en el canon, ese indispensable depósito de cultura que es imprescindible no sólo para pasar pruebas y exámenes, sino para encontrarse a gusto en la vida.
Yo imaginaba que su "Novela femenina de posguerra 1940-1960", siendo monumental, era algo más que una tesis. Raquel me lo confirma. Empezó en segundo de carrera a preguntarse lo que todas nosotras...¿por qué no estamos en los libros de texto?...y empezó a indagar y apuntar nombres, que sólo eran referencias sumarísimas en publicaciones periódicas; y así siguió hasta juntar en su espléndido catálogo, docenas de autoras y obras que completan una literatura -de posguerra en este caso, que ya cansada de caminar años sobre un pie, pedía a gritos la restitución de su cuerpo amputado. El panorama litererario se engrandece y junto a las ya conocidas Rosa Chacel, Ana M. Matute, Carmen Martín Gaite, Elena Quiroga, Laforet, Concha Espina, etc., aparecen nombres que se intuyen tan interesantes como impostergables. Dolores Galvarriato, Elisabeth Mulder, Carmen de Icaza, Carmen Kurtz, Paulina Crusat, María Luz Morales, Eugenia Serrano, Mercedes Ballesteros, Susana March, etc. ¿por dónde empezar a leer a estas flamantes desconocidas que nos devuelven la claridad de un empejo siempre opaco por la monocromía de un gris tirando a negro? Son no sólo más ojos que vieron una misma realidad, en este caso la tristeza de la España de posguerra, son otros ojos y por tanto se completan perspectivas difusas, pensamientos e impresiones, preocupaciones y modos de vivir que pensamos eran únicamente los que aparecen en los libros de texto, los de ellos.
De lo que Raquel cuenta, me interesa mucho su explicación de por qué estas obras se nos hacen lecturas tan difíciles. Cuando leemos a nuestras escritoras parece como si no llegáramos a entenderlas del todo. Es cierto, sé que practicaron la elipsis hasta extremos sorprendentes, pero aún así, qué tono tan extraño a veces, y qué personajes tan peripatéticos corren por esas páginas. Raquel no tiene duda sobre esto, nos advierte que nadie nos ha explicado jamás esta literatura. Al no existir en los libros de texto, nunca se han leído estas obras y por tanto estamos frente a formas y calidades literarias inexploradas. Trato de coger el hilo por su parte libre de nudos, por donde no quema el sentimiento de exclusión y veo un horizonte de aventura, y entonces decido quedarme y os invito a entrar por esta puerta grande. Leer a estas magníficas es otra dimensión. Cuenta nueva no lo sé, pero un borrón tiene que hacerse por algún sitio para dejar espacio. Y aire.
Nadie encuentra explicación en la persistente exclusión de la literatura escrita por mujeres en nuestros programas educativos. Nadie entiende por que nunca en el examen de selectividad se incorpora un texto de una autora, por lo menos en nuestra comunidad autónoma. Todas las profesoras se mostraban perplejas ante esta infame exclusión ya totalmente anacrónica y fuera de lugar en unos tiempos en que se presume de igualdad por lo menos en el respeto a las obras de creación, independientemente del sexo de su autor o autora. Rosa Montero hablaba este fin de semana de lo difícil que tiene la vida la persona que se dedica a la creación artística, pues está sometido al juicio colectivo a su obra, que siempre es inexplicable...pues imagínense ustedes cómo de imposible lo tenían las que ni siquiera pudieron contar con este juicio por quedar fuera de lo público y de lo publicado.
Gracias Raquel, por tu importantísimo trabajo, tantas y tantas horas rescatando obras y autoras serán seguramente pagadas con algún giro insólito de una rueda que parecía encallada para siempre. Suerte con tus próximos trabajos y gracias por venir a vernos y traernos tu obra.
5 comentarios:
Ana, me emocionas. Nunca somos conscientes del trabajo que realizamos hasta que alguien, a modo de espejo nos devuelve una opinión, una explicación u una visión de lo que hemos hecho. Tus palabras son muy hermosas y no puedo más que decir GRACIAS, sobre todo si el comentario viene de una mujer tan inteligente, sensible y buena lectora como tú.
Efectivamente los comentarios de acogida de las profesoras que acudieron a la presentación de mi libro los llevaré siempre en el corazón.
Quedo a la espera de tu obra pues sabes bien que tu gran trabajo sobre Chacel, Ana, tiene que salir a la luz. Gracias amiga.
Raquel Conde
Mi querida amiga, tú y parte de mi pequeño mundo sois el resultado de una investigación que me salva cada día; hace tiempo que no hago pie casi, así que tu libro es un hilo tan fino como el de la columna de cristal del sueño chaceliano, un algo extremadamente suave y frágil pero imprescindible para seguir si no navegando, por lo menos con el cuello fuera del agua, tiempo habrá de extinguirse.
Magnífico artículo. Me hubiese gustado que mi novela "Alicia en el país de la alegría" (Lastura, 2019) en la que una niña cuenta su vida en la posguerra, en la España rural, también estuviese aquí, aunque se publicó el año pasado. Va por su tercera edición y ha obtenido muy buenas críticas de quienes la han leído. Gracias. Versos y besos.
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