Te seguiré de cerca Claire Goll...

"He conocido a grandes hombres, genios incluso: Joyce, Malraux, Saint-John Perse, Einstein, Henry Miller, Picasso, Chagall, Maiakovsdi, Rainer Maria Rilke, Montherlant, Cocteau, Dalí, Jung, Antonin Artaud, Lehmbruck, Brancusi...El rasgo dominante, en la mayoría de ellos, era el fanatismo helado y la cerrazón. Ni siquiera Satie, con su pobreza, su dulzura, su ironía, se permitía el más mínimo calor. Siempre abotonado, siguió estándolo hasta en la sala común del hospital Saint-Joseph, donde, debatiéndose en su lecho de muerte, vociferaba: "La carta, pero dónde está la carta...". Y él, que en toda su vida jamás había abierto un sobre, se quitaba de encima las mantas y tiraba por el suelo los frascos para echar mano a ese misterioso correo. Ésa era su última jugada, que bloqueaba para siempre cualquier comunicación. Entre los grandes, no había ninguno tan agarrotado como James Joyce. ¿Un pez polar? ¿Un bogavante con caparazón de ostra? Respeto demasiado a los animales, aunque sean medusas o moluscos, para compararlos con esa momia disecada, esa cáscara sin savia ni calor, ese fruto seco de Joyce. Desde el punto de vista humano, el fracaso más fúnebre de la creación, por más que se cuente entre los grandes logros de la literatura. Lo he aborrecido, aunque sin ponerlo al mismo nivel de execración que a mi madre, a la que odio por encima de su siniestra agonía en los campos de concentración. He amado a algunos hombres y bastantes más me han amado, pero hasta los setenta y seis años no tuve mi primer orgasmo, pese a mis aventuras y mis relaciones, tuve que esperar a que, a esa edad, un muchacho de veinte años me enseñara que una mujer podía hacer el amor de una forma distinta, no debajo del macho, en la posición sumisa del animal. No me quejo: a pesar del año del bello sexo que se acaba al mismo tiempo que el año santo, a pesar del Movimiento Feminista, sigo manteniendo que la mujer es un ser inferior y que nunca será la igual del hombre...."

E isto só é o comezo. Un libro "encantador", sobre todo para mulleres desprexuizadas e críticas con posturas totalmente radicais contra o noso sexo dende o noso sexo. Un exemplo de claudicación fronte á súa intelixente percepción da total imposibilidade de igualdade. Unha alfaia de libro que recomendo ler ao mesmo tempo que as memorias de Zweig. Se pode ser intercalando os capítulos dun e doutra, mellor. A paz que procura a pausada sabedoría do primeiro quedará marabillosamente interrompida pola paixón autodestructiva desta muller enimiga colosal de si mesma. Son dous libros que nos fan replantearnos moitas cousas polas súas visións absolutamente contrapostas do mesmo e convulso período que viviron. A maior contradicción cicais a atopo en que a serenidade de Zweig rematou en suicidio fronte a lonxevidade da vida atormentada? de Claire...seguiremos falando, por suposto, pero vou agardar a que leades os libros e entón falaremos longo e miúdo...