martes, noviembre 08, 2016



El mundo se ha vuelto completamente insoportable. Lo hortera hace irrespirable una atmósfera que ya estaba viciada, y los miasmas han adquirido la categoría de mérito superior. Afortunadamente, en las entretelas de la miseria la belleza sobrevive. A mí se me ha arreglado el día disfrutando de la insobornable sonrisa de Ana y, claro, con su violín el delirio es tal que hay que compartirlo.



1 comentario:

Voz en off dijo...

Menos mal que nos quedan esas pequenas satisfaccións!😉