sábado, febrero 12, 2011

Venecia, Tintoretto, J.P.Sartre.

Lo inacabado, lo imperfecto, si no es deliberado –en caso contrario sólo se le perdonaría a los genios- siempre nos atrapa si lo que buscamos es la pasión de lo auténtico. Lo que está “en su punto”, aún tratándose del manjar más elaborado, suele provocarnos una fría indiferencia. De ahí que busquemos atropelladamente los epítetos más exagerados para adornar lo que ya de por sí está bien. Esta digresión viene a cuento de Sartre, de Venecia y de Tintoretto. La pasión del filósofo por Venecia y por su pintor, que es la misma pasión, le lleva a proyectar un gran ensayo del que sólo podemos conocer El Secuestrado de Venecia, publicado en Les Temps Mondernes en 1957 y Venecia desde mi ventana, de 1953, que se recogen en esta publicación prologada magníficamente por Francisco Calvo Serraller, al que sin embargo nunca conseguí leerle una crítica completa en su columna periodística. Sartre dejó su obra inacabada, lo cual, tratándose de un ensayo, no deja de ser una exigencia lógica del género. Pero el autor lo desconocía. Imagino a Sarte extasiado y arrebatado correteando por los callejones de Venecia rastreando la iglesia más recóndita en busca de las obras de su Jacopo. Imagino también a la Beauvoir no demasiado contenta con el resultado de la búsqueda cuando se encontraba aquellas pinturas enormes y mal iluminadas que le hacían preguntarse por las misteriosas razones que tendría la Serenísima para despreciar de un modo tan malvado a su pintor más fiel. La misma pasión de Tintoretto por su ciudad y por su trabajo la puso Sartre en esta obra que no terminó de ser pero que consigue transformarse en unha referencia literaria obligada. Me parece que en el mismo momento de empezar a escribir este relato, Sartre cogio la pluma como Venecia cogió el pincel con que retrató a su pintor. Los papeles se intercambian con la facilidad que lo hacen los intrumentos en la boca o en las manos de los instrumentistas más virtuosos. Venecia, como excusa para Tintoretto, se convierte en excusa de un montón de obras de arte para todos los que la visitan con la vista tan extraviada, deliberadamente, esto si, como la razón que para Goya producía monstruos.

2 comentarios:

Allan Herrera dijo...

Justo ahora leía un ensayo de Sartre que se incluye en un tomo de Alianza Universidad "Escritos políticos. 3 El intelectual y la revolución" El ensayo es "Los Intelectuales" y aunque no lo he terminado de leer -lo suspendí para escribirte brevemente- distingo cuales fueron las variables que lo llevaron a rechazar el Nobel. Te lo recomiendo, así como apunto este libro de Sartre autor que, no siendo de mis favoritos, si leo constantemente.
Saludos¡¡¡¡

Arnedo dijo...

Más comentarios sobre Sartre en particular y sobre filosofía en general:

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